Bastia, ¿el renacer de Milos Krasic?

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En Kosovska Mitrovic, una ciudad situada al sur de Serbia en la que la mayoría de población es albanesa y dónde la Guerra de Kosovo dejó mella en su historia, fue dónde Milos Krasic dio sus primeros toques con el balón. Melena rubia al viento, el serbio se forjó desde sus inicios como una joya en bruto que había que pulir. El FK Vojvodina lo fichó con 14 años y antes de cumplir la mayoría de edad era capitán del equipo. A principios de 2004, la vida cambió para Krasic. El CSKA de Moscú lo vio, gustó y lo fichó. 2,5 millones para una de las promesas europeas del momento, aquí empezaba la vida deportiva de la “joya rubia balcánica”.

En el CSKA, Krasic evolucionó y creció como jugador. Pegado a banda diestra generaba peligro con su juego, su zancada, su uno contra uno, imaginación de pase, pegada desde fuera del área y gambetas. Su rapidez y coordinación le hacía un jugador muy peligroso en los contraataques. Siempre quedará en el recuerdo de un servidor el gran partido que hizo en Old Trafford. Seis años viviendo en Moscú, allí ganó una Copa de la UEFA, 2 títulos de Liga, 4 Copas de Rusia y 3 Supercopas. En 2010 decidió irse, muchos equipos lo querían, desde Manchester hasta Madrid, pero el serbio se decidió por Turín. La Juventus pagó 15 M€ por él, era el momento de demostrar su valía y consagrarse como uno de los mejores jugadores del mundo.

Krasic llegó a Turín como una estrella, todos esperaban ver lo mejor de serbio y con el 4-4-2 de Ferrara más aún. En sus inicios, los aficionados y periodistas italianos lo comparaban con un mito del club, Pavel Nedved. Todos pensaban que él era el adecuado para sustituir al mito checo.  El 26 de septiembre, Krasic metió un hat-trick en el Estadio Olímpico de Turín. Todo era alegría, la melena rubia corría por banda desbordando y haciendo las delicias de un respetable que lo adoraba. Todos pensaban que este era el jugador que guiaría la vuelta de la Juventus a lo más  alto del fútbol europeo.

“Está claro. Ya se puede admitir que ha sido un fichaje ideal, una compra acertada. Krasic puede llegar a ser Balón de Oror”
(Pavel Nedved)

La temporada fue buena en lo personal. Jugó 41 partidos entre todas las competiciones marcando nueve goles. La gente estaba contenta por su trabajo en el campo y él se sentía cómodo en Italia. Todo parecía ser una historia de amor que acabaría con Krasic levantando un título y siendo coreado por su afición.

La maldición de Conte. La temporada 2011-2012 empezó con la novedad de Antonio Conte en el banquillo de la Vecchia Signora, técnico joven que había subido la temporada anterior al Siena a la Serie A. Un entrenador con pasado juventino e idea de juego que gustó mucho a los dirigentes del club.  Cambió el sistema a un 4-3-3 con la premisa de dominar los partidos a través del balón. Cambio radical que afectó mucho a Krasic.

Conte no contó con el serbio, no le gustaba su forma de jugar porque se adaptaba poco al sistema de que quería. Aunque en las ruedas de prensa intentó convencer a la gente que para él era un jugador importante, a la hora de la verdad no. Cuando Krasic salía a jugar se le veía apagado, sin frescura en su juego ni alegría. Parecía que su pelo estaba hecho de mechas rubias desteñidas por el frío del banquillo.

Viendo su pobre juego y el posible enfrentamiento con Conte, la Juventus lo puso en venta en el mercado de invierno, pese las ofertas del Tottenham y del Zenit, Krasic decidió quedarse para ganarse la confianza de Conte. No lo consiguió. El serbio acabó jugando ocho partidos en toda la temporada y con un gol en su casillero. La ruptura entre Krasic y Juventus era inevitable y la historia de amor se acababa con la venta del jugador al Fenerbahçe

“Debí irme a los 'Spurs' cuando tuve la oportunidad. Decidí quedarme porque pensé que esforzándome conseguiría otra oportunidad aquí, pero es obvio que me habría ido mucho mejor si hubiera marchado”

Krasic dejaba atrás Italia para buscar fortuna en Turquía. Fenerbahçe era su nuevo equipo, sorprendente cuando varios clubes de la Premier se habían interesado por él.

Krasic: “Sabía que Fenerbahçe era tan grande como la Juventus hace dos años y ahora estoy feliz de estar donde estoy. Me dijo Kezman que Fenerbahçe es un gran club, con un gran ambiente. Lazetic también insistió, a pesar de que es un jugador que cambia constantemente de clubes, nunca encontró un lugar como el Fenerbahçe

El 12 de agosto de 2012 en la Supercopa frente al Galatasaray tuvó sus primeros minutos, su debut en tierras turcas. Entró a los 68', poco pudo hacer y al final su equipo perdió el partido por tres tantos a dos. Desde el principio le costó adaptarse, Kocoman es un entrenador muy exigente y con ideas claras de juego. Casi siempre fue más una alternativa que algo fijo. Algunos cuestionaron la ambición de Krasic y otros que Kocoman no confiaba en el serbio. Una situación que explotó en un partido ante el Benfica dónde según Kocoman el serbio se negó a saltar al campo. El entrenador turco explotó en la rueda de prensa: “No quiero ver a Krasic durante los cursos de formación”. La ruptura estaba hecha, debía de abandonar el club.


 La temporada se acabó con un Fenerbahçe campeón de Copa y subcampeón de liga. Krasic jugó 27 partidos de los cuales sólo 14 de titular y la mayoría de Copa. El serbio solo marcó un gol. Su rendimiento fue pobre, no tuvo protagonismo y Kocoman no lo quería.

Krasic buscó este verano su salida, la Premier estaba interesada e incluso el Sevilla hizo una oferta en firme, su salario de 2,3 M€ era demasiado para el equipo andaluz. Parecía que todo cambiaba con la destitución de Kocoman, pero el nuevo entrenador tampoco quiso confiar en el serbio. Además, la nueva ley en el fútbol turco sobre los extranjeros (los equipos turcos solo pueden tener 10 extranjeros y 6 en la convocatoria) no le ayudaba para seguir en Turquía. A finales de agosto Krasic hacía las maletas, dejaba los recuerdos y partía hacia Francia. Bastia lo fichó cedido por una temporada. Hacía menos de dos años que llegaba a Turín y ahora se encontraba en una coqueta ciudad de Córcega en un equipo de segunda fila de la Ligue 1.

Krasic ha llegado a Francia para renacer de sus cenizas. Dos años sin ser el jugador talentoso de banda, dos años sin ver esa melena rubia cabalgar la banda y sentirse importante en el seno del equipo. Bastia es su sitio. Equipo que se ha reforzado bien y donde tiene la oportunidad para volver a ser ese jugador que tanto anhelamos los que le vimos evolucionar en el CSKA y maravillando en sus inicios con la Juventus.

Frente al Lorient marcó su primer gol con la camiseta azul del Bastia. Cabalgada por la parte diestra, balón pegado a su pierna derecha, regateando con rapidez a sus rivales y toque sutil por encima del portero. Krasic sonrió y se fue a celebrarlo con los hinchas de su equipo. “Miiiiiiiiilos” dijo el speaker del campo. Krasic sonríe, está a gusto en Bastia y ellos con él. El serbio quiere dejara atrás la maldición de Conte, quien dejando al rubio en el banquillo le hizo perder su magia. Él, Milos Krasic. Porque siempre puede haber una nueva oportunidad.


Gol de Krasic frente Lorient. (Vía: Hazard1907)


Krasic en la Juventus (Vía: Ibrahim Abdullayev)

 Por Cristian Franco, @cristianfranco3 en twitter.

1 comentario:

  1. Yo recuerdo bien cuando era un jugador muy codiciado en Europa por su buen paso en el CSKA de moscu ;( parecia el nacer de una estrella y en su primer temporada en la juve estuvo genial... una lastima q se fue apagando poco a poco su brillo

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