La inagotable mina del éxito

. . No hay comentarios:
Enormes yacimientos de carbón y hierro se alzan en las cercanías de la cuenca del río Donéts, al sudeste de la imponente Ucrania. Esplendorosa, la región de Donbass acoge y resguarda las minas de las que tantos lugareños han dependido -y dependen- para subsistir. Escudada por las reservas de la zona, al este de la región se levanta la ciudad minera por excelencia, Donetsk, donde profesionales de la mina y oligarcas conviven en curiosa sintonía.

Existe un nexo en Donetsk que estabiliza a la ciudad y congrega a seres de todo tipo, sin importar su estamento o condición. Recibe el nombre de aquéllos que dieron y darán vida a la ciudad, el gremio minero, traducido al ruso como Shakhtar, el principal equipo de fútbol de Donetsk. Paseando el orgullo de la ciudad por Europa, el club del Donbass Arena luce orgulloso el nombre de quienes lo fundaron allá por 1936.


Contagiado por los yacimientos de la zona, la última década del Shakhtar bien podría ser considerada como una sorprendente fuente de éxito que se incrementa a medida que va pasando el tiempo. Presidido por Rinat Akhmetov, oligarca de la zona de Donetsk y uno de los hombres más ricos del planeta, el ambicioso proyecto del Shakhtar se inició a principios del actual milenio y ya cuenta con ocho Ligas, siete Copas, cuatro Supercopas y una copa de la UEFA.

No obstante, la etapa más boyante del club comenzó paralelamente a la contratación del técnico rumano Mircea Lucescu, procedente del Galatasaray turco. Con pasado en el potente Inter de Milán, Mircea llegó al club avalado por sus anteriores resultados y con unos ideales y una propuesta de proyecto ambicioso y paciente. El técnico quiso combinar pilares sólidos y rígidos como Darijo Srna, Razvan Rat o Anatoliy Tymoshchuk, con jóvenes y prometedores futbolistas para forjar un equipo con talento perenne, que prometiera un éxito no pasajero.

En busca de tal simbiosis, al club se le abrió la ventana del continente sudamericano y la puerta a Brasil. El país de la samba y el fútbol, que exporta a miles de jugadores al viejo continente, fue objeto de deseo por la dirección del Shakhtar, y hasta allí viajaron empleados y ojeadores del club para contagiarse de su magia. Viendo pues el éxito de algunos de los primeros brasileños que vistieron la camiseta naranja (Brandao o Matuzalem) desde el club se apostó por crear un puente aéreo Brasil – Donetsk gracias al cual, el Donbass Arena nunca echó en falta el acento brasileño.

Con el proyecto enfocado e interiorizado, los resultados no tardaron en llegar, y Mircea Lucescu alzó la liga ucraniana en su primer año como técnico, hecho que se repetiría también al año siguiente. Reforzado por el club y sus convicciones, Lucescu supuso el empujón definitivo que el club necesitaba para mostrar y demostrar su grandeza, clasificando al Shakhtar para UEFA Champions League en todas y cada una de las temporadas que el rumano ha estado al frente.

Tras un histórico 2008 en el que Lucescu llevó al equipo a cuajar la mejor temporada de su historia levantando el triplete: Liga, Copa y Supercopa; las miras de Rinat Akhmetov y la dirección deportiva se fijaron en competición europea. El nombre del Shakhtar debía sobrepasar los Cárpatos y hacerse un hueco en la élite continental. El mal sabor de boca que había dejado la fatídica eliminatoria de octavos de final ante el Sevilla, decidida en la prórroga tras un gol de Andrés Palop, había aumentado la motivación de aficionados y dirigentes al verse capaces de realizar semejante gesta.

El camino comenzó en la fase de grupos de UEFA Champions League, con un equipo contagiado completamente del talento brasileño donde nombres como Fernandinho, Willian, Jádson o Luiz Adriano comenzaban a sonar con insistencia. Tras una clasificación que finalizó con una histórica victoria en el Camp Nou –la primera derrota europea de Pep Guardiola en casa- el equipo quedó repescado para disputar la Copa de la UEFA en la última edición de su historia. El objetivo era claro, y después de años demostrando la supremacía en el campeonato doméstico, la oportunidad se presentaba inmejorable: poder dejar la huella histórica de ser el último campeón de la UEFA.

Londres, Marsella, Moscú y el derbi fratricida en Kiev fueron testigos de la superioridad minera. El primordial objetivo del Shakhtar se dio cita en Estambul, con el por entonces temido Werder Bremen enfrente. Los brasileños Luiz Adriano y Jádson coronaron a los de Donetsk después de 120 minutos de puro fútbol y emoción. El objetivo se había logrado. Nada ni nadie podía borrar ya las letras del Shakhtar sobre el metal del extinto trofeo.


La etapa que abrió tal gesta, se prolonga hasta hoy en día. El Barcelona, protagonista de las noches más trascendentales de la historia minera, se enfrentó al Shakhtar en la Supercopa de Europa, preludio del viaje con retorno que efectuaría Dmytro Chygrynskiy en dirección al Camp Nou. Meses después, catalanes y ucranianos se volverían a encontrar en el pico europeo de los de Donetsk: los cuartos de final de la UEFA Champions League. Tras dejar en la cuneta a Sporting de Braga y Partizan de Belgrado en fase de grupos y vapulear a la Roma en octavos, el Barcelona –que acabaría proclamándose campeón- apeó cruelmente al Shakhtar más crecido y motivado de la historia. No obstante, los golpes solo ayudan y hacen mejor a este equipo. Sucedió ante el Sevilla, y en la misma Supercopa de Europa. Shakhtar es levantarse reiteradamente. Luchar y volver al camino, no rendirse ante las adversidades y seguir fiel a un estilo y unos valores.

Hoy en día, el club acumula dos tripletes y cuatro ligas consecutivas, todas después de la conquista europea en Estambul. El objetivo es el horizonte, seguir creciendo y sorprendiendo al mundo entero. El puente aéreo con Sudamérica sigue abierto, y el futuro ya está en Donetsk. Ahora toca escribir el presente, y eso, en el Shakhtar, es sinónimo de éxito.

Por @RafaelEscrig en www. http://www.elrincondelesferico.es,
También en @ERDEsferico,
Texto original: http://www.elrincondelesferico.es/2013/09/09/la-inagotable-mina-del-exito/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares