Todos nacemos dotados de una cualidades determinadas, lo que nos hace diferentes al resto. No hay nadie igual que nadie, pero tampoco somos tan diferentes. Son esas mencionadas cualidades las que nos marcan a lo largo de la vida. Algo distinto sería el talento, que como muchos dicen, se tiene o no se tiene. En base a esas cualidades, una persona puede dedicarse a una cosa u otra. Alguien muy bien dotado mentalmente puede dedicarse a una ingeniería, otro mejor capacitado para ayudar y escuchar puede dedicarse a la psicología y otra persona que haya nacido con ese innato talento en los pies puede dedicarse al deporte, más concretamente al fútbol.
Y es eso lo que hace diferente a un futbolista, que nace con ese talento que no todo el mundo tiene, tocados por esa varita que le otorga el poder dedicarse a esto del balón. Un privilegio, si.
Dentro del rectángulo de juego ya es otra, condiciones y cualidades distintas para posiciones y roles diferentes. Hemos decidido dedicar unas líneas al centrocampista, no a cualquiera de ellos, en este caso viajamos hasta la bella Italia, hasta el Calcio, la intención no es otra que la de destacar, quizás destapar a varios nombres que no han copado portadas de diarios deportivos, quizás no lo hagan nunca, pero desempeñan un trabajo fundamental en el rectángulo de juego que en la mayoría de ocasiones no es reconocido.
Sé que a muchos os sonaran, a algunos no, a unos y otros decirles que es el momento de conocerlos ó, de este modo, brindarles nuestro particular homenaje; Obiang (Sampdoria), Inler (Napoli), Ledesma (Lazio), Radja Nainggolan (Cagliari) y Pizarro (Fiorentina). Todos física y mentalmente diferentes, pero con un mismo fin futbolísticamente hablando. Quizás el más diferente sea el del equipo 'viola', Pizarro no se caracteriza tanto por el corte defensivo, pero sus labores en la creación de juego del Artemio son básicas para que los de Montella puedan seguir desempeñando el vistoso juego de toque que tan de moda se está poniendo en el Calcio italiano.
Comencemos por Génova, situada al noreste de Italia. Allí juega, además del Genoa, la Sampdoria. Y en ella uno de los principales actores de nuestro 'film', Pedro Obiang. El mediocentro de padres guineoecuatorianos pero con nacionalidad española es, a sus 21 años, uno de los emblemas de la dirigida por Delio Rossi. Muy polivalente, es capaz de adaptarse a varias posiciones en el centro del campo. De mucho recorrido, gran lectura táctica y buena llegada de segunda línea, el término ‘box-to-box’ es perfectamente achacable a él. Tiene un físico envidiable y una gran potencia, además de una madurez innata para un chaval que apenas acaba de llegar.
En Roma, la capital de Italia, la Lazio comparte estadio con la 'Loba'. En el club dirigido por Petkovic encontramos a Ledesma, pivote ofensivo de nacionalidad italoargentina que con este cumple ya siete cursos en el club capitalino. Su posición desempeña más ese papel de regista que de escudero del mismo, llevando a cabo el mando desde el pivote defensivo. Es uno de los ejes de esta Lazio que a muchos nos enamoró. Se encarga tanto de las tareas de creación de jugada como de destrucción de la misma, además de ordenar a los suyos. Uno de los pilares del esquema junto a los Hernanes, Candreva, Klose o Marchetti.
Sobre Florencia, Montella ha logrado erigir uno de los proyectos más vistosos del fútbol italiano junto al de la Juventus. Y uno de los hombres clave de la nueva filosofía del club –juego vistoso y de toque- es David Pizarro. El ‘7’ 'viola' ha eclosionado como futbolista llegando a demostrar la enorme calidad que su bota derecha atesoraba. Así, adoptado en la posición de la regia, ha hecho fluir a una Fiorentina que se quedó la pasada temporada a las puertas de Champions. Algo liberado de tareas defensivas, se encarga de repartir el juego y ordenar a los suyos, a muchos nos gusta decir, es la prolongación del entrenador en el campo, pués eso. Además, ha llegado a ser determinante en sus llegadas desde segunda línea, de las que los Jovetic, Luca Toni o Ljajic de turno se aprovechaban. Hoy día seguro que Mario Gómez, Rossi o Ilicic sonreirán a su lado.
En el sureste de Italia se alza la bella ciudad de Nápoles, que encuentra su lunar en el crimen organizado, tan presente en la vida de sus habitantes y tan determinante en el crecimiento económico y social. En el centro de la misma encontramos el Stadio San Paolo, allí juega el Napoli y, entre ellos, Inler, centrocampista por el que De Laurentiis pagó 18 millones de euros a Udinese en 2010. Tras varias temporadas a un rendimiento expcecional, en la segunda vuelta de esta misma se ha visto relegado al banquillo por Behrami y Dzemaili, que todo sea dicho, han terminado mejorando casi todas sus registros. El caso. Inler llegó con un muy buen cartel, siendo una de las estrellas de Udinese y considerado de los mejores centrocampistas de Italia por aquel momento. En Nápoles sus dos primeras temporadas no defraudaron y continuó con el buen rendimiento de Udine. Buen tacto con el balón, bien en su desplazamiento y muchas llegadas desde segunda línea, quizás su fuerte junto al estupendo disparo lejano.
Cinco nombres que merecían unas líneas, un papel principal para dejar, por un momento, ese secundario que muestran en sus clubes. Secundario a la par de importante, se notan cuando no están, su falta pesa en el equipo y su baja prácticamente lo destroza. Seguiremos disfrutando con ellos, su afición ya lo hace y sus compañeros lo agradecen. Escuderos a la sombra.
Por Carlos Abarca, @CAbarcaLluch en twitter.
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