Jorge Campos, colorido azteca

¿Quién no recuerda cuando era niño haber ocupado la posición de portero/delantero en los partidos del patio del colegio? Pues ese podría ser el titulo perfecto para describir la demarcación de Jorge Campos. Y es que el famoso portero mexicano alternaba la posición de guardameta con la de ariete en los terrenos de juego. Pero empecemos por la portería…

Jorge Campos, también apodado “el Brody”, es considerado a día de hoy como el mejor portero de la historia de México y el vigésimo sexto mejor portero de la historia del fútbol mundial. Pese a no cumplir con el modelo de guardameta estándar, ya que se trataba de una persona muy menuda, su corta estatura (apenas superaba el 1,65 de altura) no le supuso un impedimento para ser una leyenda del deporte rey mexicano. Sus mayores virtudes bajo los palos eran su tremenda agilidad y su potente salto, a lo que había que añadir un gran manejo del balón con los pies (ya que jugar con los pies no era algo ajeno a él) pese a que en alguna ocasión su exceso de confianza le jugase una mala pasada. Pero si había algo por lo que todo el mundo recuerda al Brody, era por sus indumentarias de portero, siempre con colores vivos y llamativos, estos trajes no pasaban desapercibidos para nadie. Lo que probablemente no todo el mundo sepa es que era el propio Campos quien hacía el diseño de sus camisetas.

Sin duda un gran portero, pero lo inusual en la carrera del azteca es que llegó a anotar 35 goles. Pero estos tantos no fueron saliendo de la portería para lanzar un penalti o un libre directo, como los conocidísimos casos de Chilavert o Rogerio Ceni, sino que fueron la mayoría de ellos actuando como delantero centro.

La carrera de Jorge Campos se ubica principalmente en la década de los 90, y aunque no tuvimos la fortuna de verle jugar en Europa, puesto que toda su carrera transcurrió en su país natal y en la MLS estadounidense, alcanzó una grandísima fama a nivel global. Llegando a ser icono publicitario de aquellos legendarios anuncios que Nike realizó y que tenían a Eric Cantona como principal protagonista.

El Brody fue dueño absoluto de la portería del combinado nacional durante casi una década. Fue titular en los mundiales de EEUU ´94 y Francia ´98, en los que México hizo un más que digno papel cayendo en octavos de final. También acudió a Corea y Japón ´02, aunque en esta ocasión, ya en el ocaso de su carrera deportiva no defendió la meta azteca. Sin duda alguna su mayor logro fue conseguir la Copa Confederaciones de 1999, en la que la selección mexicana defendió a la perfección su papel de anfitrión del torneo.

Seguramente, junto con Hugo Sánchez el jugador más carismático que ha dado el país de los mariachis y el tequila. En definitiva, Jorge Campos, “el Brody”, un espectáculo que dio colorido al equipo azteca.