Repasaremos aquellos futbolistas que un día fueron top, que marcaran diferencies en los grandes equipos y en los grandes partidos pero que años después, desaparecieron de la primera plana o se mantienen en ella bajo un nivel, en muchos casos, mediocre.
Fernando TORRES. Sin duda el mayor ejemplo actual de este fenómeno. El jugador madrileño fue uno de los mejores delanteros del mundo en su etapa en Liverpool. Con unos números espectaculares, pulverizando records del club red en manos de jugadores míticos del club como Robbie Fowler o Michael Owen (del que hablaremos más adelante), se convirtió en el delantero más cotizado de Europa.
Pero tras ser campeón del mundo, en el mercado de invierno, para sorpresa de muchos y decepción de otros, solicitó el traspaso al Chelsea. Y es aquí donde podemos marcar el punto de inflexión… Para mal. Aunque muchos afirman que fue en el Mundial donde forzó para jugar estando lesionado. Sea como fuere, sus números y sus actuaciones dejan mucho que desear, y hasta el propio Rafa Benítez, valedor de su mejor nivel, ha afirmado que no es el mismo jugador.
KAKÁ. Año 2007. Semifinales Champions League. Old Trafford. Si hay un partido que refleja el nivel que el jugador brasileño dio, es este. Con dos goles, el segundo soberbio, acercaba el Milán a la final del torneo. Final que ganarían al Liverpool como revancha de la de 2005. En la vuelta en San Siro, abriría el camino con otro gol que los clasificaba. Sin duda la mejor temporada de su carrera que le sirvió para llevarse el Balón de Oro y el FIFA World Player, más otros muchos galardones, que le reconocían como el mejor jugador del planeta.
Año 2009. Florentino Pérez, con motivo de su vuelta a la presidencia del Real Madrid, se hacía con los servicios de Kaká por 65 millones de euros. Aunque su primera temporada en la capital no fue mala, en el conjunto blanco nunca ha dado el nivel que ofreció en Milán, habiéndose convertido actualmente en un jugador más de la rotación con escasos minutos y nulo protagonismo.

Pero su clase como futbolista iba ligada a una agitada vida social. Sus constantes salidas nocturnas y su baja forma convirtieron a Ronaldinho en un jugador más, con destellos de genio, pero ni tan siquiera la mitad de determinante que antaño. Tras dos temporadas y media en Milán sin mucha gloria, donde incluso fue conminado por unos aficionados rossoneros a abandonar una discoteca, volvió a Brasil, primero al Flamengo para después recalar en el Atlético Mineiro donde tiene contrato hasta finales de 2013.
Andriy SEVCHENKO. Tres veces máximo goleador de la Champions, una de la liga italiana, segundo máximo goleador de la historia del Milán y más de 600 goles en su carrera abalan al futbolista ucraniano. Marco una época durante sus siete temporadas en el Milan donde conseguió 173 goles, a una media de casi 25 goles por temporada, además de una Champions y una liga.
En el verano de 2006 se convertía, junto a Michael Ballack, en el fichaje estrella del Chelsea de Abramovich y Mourinho, y en el más caro de la Premier hasta Fernando Torres. Pero su paso por el fútbol inglés no fue nada bueno, consiguiendo tan solo 22 tantos en sus dos temporadas en Londres. Tras una temporada cedido en el Milan, donde cuajo otra temporada nefasta, regreso al Dimano de Kiev donde ha jugado estos últimos tres años para retirarse tras la pasada Eurocopa de su país, donde consiguió los dos únicos goles de su selección.

En el conjunto madridista, Owen cumplió marcando goles, casi siempre saliendo desde el banquillo. Su periplo en la liga española solo duró un año, y pese al cariño de la afición blanca, fue vendido al Newcastle. Su nueva etapa en Inglaterra estuvo marcada por las lesiones. Tras descender y no renovar con el Newcastle, firmó por el Manchester United, ante la decepción de miles de aficionados red’s. Su protagonismo en Old Trafford fue mínimo y el pasado mes de septiembre firmaba con el Stoke City como jugador libre.
Juan Sebastián VERÓN. Diecisiete partidos en Boca Juniors le valieron para dar el salto a Europa de la Mano de la Sampdoria. Tras dos años fichó por el Parma donde formó parte de un equipo miticó junto a nombres como Cannavaro, Buffon, Crespo, Thuram o Asprilla. Una Copa de Italia y una Uefa les avalan. En 1999 fichaba por la Lazio para prolongar su época dorada. Pero como ocurriera con Shevchenko, el salto al fútbol inglés le condenó.
Dos temporadas en el United y otra más en el Chelsea, donde apenas participó, y una nefasta participación en el mundial de Japón y Corea terminaron con la fama del jugador argentino. Volvió a la liga italiana en 2004, cedido al Inter, en un intento por reencontrarse. Tras dos temporadas, regresó a Estudiantes de la Plata, club en el que debutó, para durante seis temporadas ser un referente, consiguiendo dos Aperturas y una Copa Libertadores.
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