El clásico: Tres visiones, un partido

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Una vez finalizado el clásico, hay muchas versiones o conclusiones de lo ocurrido en los 90 minutos o de lo que vendrá después. Desde Squadra Eterna vamos a daros tres diferentes visiones de lo ocurrido en el Camp Nou. Todo visto desde un prisma culé, madridista y el toque neutral. Lean, comparen y opinen.

El 'punto' culé

A una hora de empezar el clásico del Camp Nou, el once que dispuso Tito me hacía dudar, no por calidad, no por quién me faltaba, no por quién me sobraba, mi duda era, ¿Cómo jugamos? ¿Cómo salimos? Quizás mis preguntas se las hacían la amplia mayoría del buen aficionado culé, del buen aficionado al fútbol, quizás mi pregunta también se la hacía la afición visitante, Mourinho y los propios jugadores merengues.

Sólo Tito, el cuerpo técnico y la plantilla blaugrana sabía que Adriano sería la pareja de Mascherano, el brasileño debutaría de central en el partido más difícil del Camp Nou, Cristiano, Benzema, Di María, Ozil y toda esa galaxia de jugadores blancos era lo que se le venía encima. Bien, Adriano salió ileso, cumplió y los culés lo celebramos.
Media hora inicial para olvidar, semejante a aquel primer tiempo en la vuelta de la Supercopa, ese del Bernabéu donde pudimos salir goleados, ese. Lesión de Alves que incrementaba los problemas en la zaga, gol de Cristiano, otro más en Barcelona, fallo de Benzema para poner la guinda con un segundo gol y lo peor de todo, apenas se veía atisbo de mejora, incapaces de coger las riendas del partido, de hacerse con la pelota, esa con la que los blaugranas disfrutamos. ¿Demérito culé? ¿Mérito merengue?

Un fallo en la defensa de Mourinho que Messi aprovechaba para empatar nos dio alas, nos hizo crecer. Gracias Pepe. A partir de entonces si fuimos el Barsa, o al menos, un Barsa más reconocible. Busquets estelar, Montoya mejorando a Alves, Xavi, Cesc e Iniesta “agarrando” la pelota, Pedro haciendo que Marcelo estuviese pendiente de defenderle y Messi omnipresente.


Con las mismas se inició la segunda mitad, y en una genialidad del diez argentino tras el lanzamiento de una falta provocada por él mismo y dónde X.Alonsó debió dejar el césped, la parroquia azulgrana vibró, saltó y creyó más que nunca en esa victoria, esa que dejaba a la “casa blanca” a once casi insalvables puntos de lo alto de la tabla.

Antes de esto, el árbitro volvió a aparecer, o a no aparecer. Una pena máxima en cada área, o eso vi yo, la ya mencionada jugada en la que Alonso debió ver la segunda cartulina amarilla y tras el gol de Leo, una falta  de Khedira que permitió a un gran Ozil asistir al siete portugués en el que suponía el empate a dos tantos, otro de Cristiano, otro más para su ego, para su “crecimiento” personal, para sus ya habituales celebraciones engrandeciéndose, gustándose.

Desde entonces, poco o nada por parte visitante y toda la carne en el asador por dejar los tres puntos en Barcelona por parte local. Raro por clasificación, ellos eran quien necesitaban  la victoria, ellos eran quien debían buscarla, nosotros quien lo intentamos. Montoya, Messi, Alexis y Pedro bien pudieron aumentar la ventaja de ocho puntos, no fue así. Final del encuentro, abrazos de ambos bandos, paz y amor. Partidazo, emoción y goles, lo que siempre debió ser y por un tiempo no fue, fútbol, mucho fútbol.

Punto que deja contento a las dos plantillas, por lo que veo y leo, también a las dos aficiones, a mí personalmente, muy contento. Borremos la primera media hora y miremos lo que hay, lo que queda y pensemos, ¿Ventaja suficiente? Tal vez si, no nos fiemos, punto a punto, partido a partido.

Otra cosa, pienso, me digo y pregunto, ¿Y si el peligro viene desde otro equipo de la capital? Veremos… 

El empate merengue

Llegaba el Madrid a ocho puntos, una derrota era despedirse de la liga, por ese motivo  muchos dudaban del planteamiento blanco. Muchos esperaban un equipo agazapado, con trivote, con Coentrao o incluso sin delantero, otros especulaban con la titularidad de Kaká o Modric, pero finalmente fue Ozil quien ocupó la mediapunta y Marcelo el lateral, dejando clara la voluntad de ir recortar esos puntos con el esquema habitual.

Y empezaron bien las cosas, los blancos con su presión adelantada obligaban al Barça a variar su juego, y con rápidas transiciones iba marcando la ruta hacia la portería de Valdés. En una gran jugada colectiva, el balón llego al crack de Madeira que con un golpeo seco batía por sexto partido consecutivo la portería blaugrana. Tras el gol pudimos sentenciar el partido, Benzema en dos ocasiones y Di María en un rechace del galo pudieron finiquitar el partido, pero como suele ocurrir últimamente, Messi se encontró con un balón dentro del área tras varios rebotes y un fallo de Pepe, empató un partido que dejó dormido hasta el descanso, pues empezó el barca a practicar su somnoliento juego de pases.


Tras el intermedio, los equipos salieron más abiertos, olvidando un poco los planteamientos tácticos y crecieron las imprecisiones, aumentando el ritmo de juego. Dos posibles penaltis, uno para cada equipo, pudieron cambiar el partido, como la permanencia en el campo de algunos jugadores con sus reiteradas faltas (Busquets busco varias veces la segunda tarjeta sin suerte). Y llegó de nuevo la perdición de Iker, falta en la frontal y nuevo gol de Messi. En ese momento, se las prometían muy felices todos los culés, pero el orgullo blanco nunca decae y menos el de Cristiano, lo intentó primero con un chilena, donde se lesionó el hombro, y mientras el estadio le insultaba por fallar la acción anterior, Ozil le metía un balón de genio entre la defensa para que de nuevo el portugués silenciara el Camp Nou.

Con el 2-2 en el marcador, hubo ocasiones para ambos equipos, quizá más claras para los locales, aunque finalmente se empató a todo,  goles, palos, tiros a puerta, faltas e incluso en la actuación de sus grandes estrellas. No se recortaron distancias, pero se dejó claro que no hay ninguna inferioridad blanca y que la liga será muy larga. El Madrid nunca se rinde, que no se olviden.

Mi clásico

Domingo de clásico, semanas previas y posteriores para un partido con el que ‘sólo podemos disfrutar entre cinco y siete veces al año’. El seny, los valors y el ADN blaugrana frente a los títulos de los setenta y el orgullo del club señor.

Dos equipos que lo tienen todo, y si no lo tienen se lo damos, calendario, horario, dinero, aún con esas, nunca estarán contentos, algo incomoda su felicidad, siempre habrá algo que trastoque su paseo por los campos españoles.

Antes del encuentro tenía una pregunta, no era si la 'mejor' cantera del mundo jugaba con Bartra, sabía que no, tampoco si Mou daba entrada a Ozil, sabía que si, un mal partido del alemán era lo que su míster necesitaba, cruz definitiva y a otra cosa mariposa. Igualmente no fue suficiente el buen hacer del diez madridista, el portugués volvió a mentarle en sala de prensa, le siguen cayendo palos. Pobre.
A la pregunta que me desvío. Mi duda radicaba en cuál sería el bando al que tendríamos que aguantar tras los noventa minutos, cuál plantilla, cuerpo técnico y prensa que les respalda sería la que no quedaba tranquila tras el enésimo partido del siglo. Pues bien, aquí ya se ponen de acuerdo, tenemos respuesta, los dos, si, si, ambos conjuntos son perjudicados por el colegio arbitral, por los que organizan este chiringuito chapucero. Pero vamos, normal, históricamente es conocida la persecución que sufren los ‘pobres’ equipos, con lo humildes que son ellos, ¿Qué nos han hecho? Repito, pobres…

Hablando de fútbol, que es lo que le falta siempre a este duelo, el partido estuvo bonito, para qué engañarnos, esta vez sí se dedicaron a intentar dar espectáculo, a que los aficionados a este deporte volviésemos a creer en los dos 'grandes', a que los niños que lo empiezan a ver, puedan  elegir club sin tener que avergonzarse de un final bronco, dedos en los ojos, esperas en el parking y cruces de declaraciones en la zona de prensa ,donde, únicamente se debe de hablar de fútbol, que es, al fin y al cabo, por lo que pagamos. Para el resto ya están sus medios de comunicación, su 'prensa rosa', nuestra 'prensa rosa', ellos serán los encargados de vender periódicos, de enseñarnos al peluquero de Cristiano, a la novia de Casillas o a Messi, Iniesta y Xavi desde que son alevines, fotos que por otra parte, ya conocemos, lo dicho, ya se han encargado de que las veamos, ya vale, ¿no?

Noventa minutos de ocasiones, media hora merengue dónde pudo sentenciar el encuentro y acercarse en la clasificación, el resto más control culé pero con demasiado miedo a desguarnecer una débil defensa. Sabedores del peligro en el ataque blanco, los jugones de Tito aseguraban el esférico, apenas arriesgaban en los pases, monotonía en el juego. Pero si, tienen a Messi, un monstruo de esto que se encarga de aprovechar cada resquicio, cada ocasión, no entiende de debilidades defensivas, dos tantos. En frente, el otro extratarrestre, Cristiano no sería menos y volvería a mojar en can Barsa, esta vez, y como su 'amigo' argentino, en dos ocasiones. Empate a todo, goles, juego, injusticias arbitrales, penaltis, ocasiones… en fin, fútbol.

La liga acaba de empezar, pero os digo, sé cómo acabará, es fácil. Acordaos. La victoria de unos, el llanto de otros, el llanto de unos, victoria de otros. Esperen y verán. Esto sí es un clásico.

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