Se conoce el once con el que Italia saldrá de inicio. Un once que incluye cinco defensas. El término catenaccio da vueltas en las cabezas de todos los aficionados españoles. Italia, la misma de siempre, piensan. Pensamos. Pero Del Bosque, que sabe de esto mucho más que la mayoría, tiene un plan. Y nos lo descubre al dar la alineación. España sale sin un referente en ataque. La discusión Negredo-Torres-Llorente se zanja inmediatamente. Cesc será el hombre que ocupe la posición más adelantada en el dibujo táctico español, lo que dará, se intuye, mayor movilidad arriba evitando quede continuamente fijado como podría pasarle a un delantero puro.

El partido muestra una realidad muy diferente a la esperada, una realidad impensable, ficticia. El guión no es el esperado. España esta lejos de ser la España que conocemos. Italia, sorprende. A la mayoría. A todos, quizás. Italia se adelanta, con justicia se podría decir. España necesita verse por debajo en el marcador para volver ser la de siempre. Y consigue la igualada, por medio de un Cesc que hasta el momento no terminaba de convencer. Y hasta tiene la oportunidad de llevarse el partido. Finalmente tablas. Justo empate.
Sensación de que con otro esquema otro podía haber sido el resultado final. Pero el rival también juega, y esta vez lo hizo bien, con un planteamiento claro y llevado a su máxima potencia. Y aún así no pudo derrotar al vigente campeón, lo que dice mucho en favor de este.
Primer líder.
Croacia superó por 1-3 a una Irlanda que siempre fue a remolque y se vio superada de principio a fin, en un partido en el que tres de los cuatro goles se consiguieron con la testa. Los tres puntos sirven a los croatas para ser el primer líder del grupo C y les da un punto de confianza para erigirse como la sorpresa del grupo y desbancar a uno de los dos favoritos de uno de los puestos que dan acceso a la siguiente ronda. La segunda jornada, el próximo jueves, enfrentará a Croacia y a Italia y a nuestra selección contra Irlanda.
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