A un paso del precipicio.

Fue hace dos años, en Sudáfrica, Iniesta y a cuatro minutos del final, cuando marcaba el gol que derrotaba a la selección dirigida por Van Marwijk. Holanda, su combinado, dos años después, está a punto de decir adiós a la máxima competición de selecciones en el viejo continente.

La derrota contra Dinamarca en la primera jornada, sumada a la de hoy frente a Alemania, les hace depender de un milagro, una carambola, una victoria y esperar.

Prácticamente el mismo que once vio como se le escapaba el Mundial, sin Gio y Kuiyt de inicio por Afellay y Willems pero sensaciones muy distintas. Sneijder no es el que era, Robben a penas sin peligro, un doble pivote con poco fútbol y una defensa endeble no acompañan a su mejor hombre, el goleador Van Persie.

Por su parte, los germanos de Low cuentan sus compromisos por victorias. Los goles de Mario Gómez y el fútbol de Ozil y Schweinsteiger son palabras mayores, si a eso le sumas una defensa contundente y un banquillo de lujo con enormes variantes, tenemos una realidad, son firmes candidatos.

Dinamarca es la selección que está causando sensación y muchos quebraderos de cabeza a sus potentes rivales en este grupo B. Hoy nueva muestra de ello, dos goles abajo frente a Portugal no le bastaron, Bendtner, a pocos minutos del final ponía el empate en la remontada y dejaba a Cristiano y compañía sin apenas opciones de cuartos y dependiendo de otros. Sin embargo el partido nos tenía preparado otro gol. El extremo del Porto, Varela, que llevaba apenas dos minutos en el terreno de juego, batía de fuerte disparo a los daneses y daba a Portugal tres puntos vitales.

Con todo lo acontecido hoy desde las 18.00, solo nos queda esperar, esperar a la última jornada y definitiva en este grupo de la muerte. Alemania y Dinamarca dependen de ellos en su duelo, Portugal contra Holanda también. Todo dicho, nada resuelto y emoción, mucha emoción.